Cazuela de pecados
Posted by
Andrea Gonzalez
|
06/04/2013
“Lo que es pecado de muchos queda sin castigo.” ( Marco Anneo
Lucano)
A la lista de pecados veniales y de
pecados capitales hay que sumarle la lista de pecados sociales. “Cazuela de
pecados” pone la lupa sobre esta última, los pecados sociales, los que
cometemos a diario, imperceptiblemente, casi sin darnos cuenta, los que aceptamos
como moneda corriente, los que vemos en el otro y no somos capaces de reconocer
en nosotros mismos, todos mezclados y presentados ante nuestros ojos como un
delicioso y rebosante plato.
La obra, una comedia de carácter,
propone nueve historias totalmente diferentes y sin ninguna relación entre sí,
que pintan de cuerpo entero diversos personajes que pululan por el universo y
tambien ¿por qué no? dentro nuestro.
Así es como nos encontramos cara a
cara con la represión sexual; las dos caras de una misma moneda: el éxito y el
fracaso; la soledad; la manipulación psicológica valiéndose de la desesperación
extrema; la discriminación racial y de credo; el totalitarismo religioso; las
disputas por una herencia; el maltrato familiar y el desgaste de la convivencia;
el egocentrismo y el afán de figurar a cualquier precio. La puesta nos hace
reír muchísimo y tambien reflexionar profundamente. ¿Cuánto de lo que vimos nos
pertenece? ¿Cuánto de lo expuesto lo hemos sufrido o lo padecemos actualmente?
¿Cuál de todas esas situaciones nos es familiar y la asumimos como corriente?
Transgresiones colectivas profundamente instauradas en la sociedad actual.
Nueve historias y muchos
personajes, tan perfectamente delineados, tan maravillosamente interpretados y
caracterizados que el espectador olvida que son solo cuatro actores, lo
recuerda sobre el final cuando salen a escena a saludar y son aplaudidos
efusivamente.
La presentación es multimedia, un
corto cinematográfico muy bien interpretado por Andrés Fraire, da apertura al
espectáculo y presenta cada una de las historias, con un título y una música de
fondo afín a la acción que continúa. La operación técnica, curiosamente, cobra
un protagonismo inesperado ya tiene que estar muy atenta al momento de
iniciar los actos, los espectadores demoran el pase de sección con fervorosos
aplausos de reconocimiento. La escenografía consta solo de una silla y
participa solo en algunas de las puestas, el resto es mérito absoluto de
la eximia performance de los cuatro intérpretes que sitúan al espectador en los
diversos espacios. Marcela Fernández Señor y Guillermo Farisco, quienes han
compartido varios trabajos ya, Mariana Caracciolo y Lucas Solustri ¡son cuatro
prodigios de las tablas! El interés del público se mantiene a lo largo de
toda la trama, alguna de las historias despiertan más reacción en los
espectadores debido a la universalidad del tema que abordan pero los textos son
ágiles y entretenidos en todos los segmentos. Un trabajo de puesta en escena y
dirección minucioso de Guillermo Farisco, con una amplísima
trayectoria en el medio, completa el combo de esta maravillosa propuesta que
merece ser vista y disfrutada de principio a fin.
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